04 febrero 2009

Nana para espantar malos sueños

El aire se paralizó antes de llegar a los pulmones, y la fuerza quedó en suspenso también. Fueron sólo unos segundos, antes de quebrarse sobre sus hombros, derrotados, perdidos.

La niña la miraba clavando párpados desorientados, donde se adivinaba la locura. Un hormigueo de derrota comenzó a subir por sus piernas, y tuvo que sentarse para no perder el equilibrio ante los ojos perdidos de su hija.
La maestra les miraba alternati- vamente, sin atinar a proseguir su relato. Sobre la mesa, el último dibujo de la pequeña. Un incendio rojo desbordado entre las garras de la bestia, las pinceladas de una mente infantil desgarrada, de un cuerpo de bebé arrasado.

Los sollozos estremecían los hombros de la madre, mecidos por el silencio de las lágrimas siempre agotadas, temerosas de aturdir al monstruo, de alertar sus instintos animales. Las gafas resbalaron por la nariz, anclándose en la punta como flor temblorosa al borde del precipicio. Los ojos ya no se ocultaban, y el estallido de colores en los párpados hinchados dibujaban minutos, segundos tal vez, de ira y violencia, y horas, años tal vez, de ahogo y desesperación.

Las piernas le temblaban, el cuerpo se agitaba, y la boca seca ardía la garganta como arena de desierto. No. No. No. No podía ser cierto. Cómo no me he dado cuenta, por qué no he hecho nada. La niña, no. La culpa arañando el estómago con un rastro de bilis. No sabía nada. Estaba tan sumida en sobrevivir a su propia tortura, en ocultarla a los ojos de los demás, en anularse como ser humano y hundirse en los abismos, que cegó ojos y ensordeció oídos. La espalda emitió un aullido con el peso de la revelación, que sólo aflojaría la presión cuando la niña creciera firme y fuerte, tiempo después, pero que nunca se desprendería del todo. Suspiró. A la niña, NO.

La pequeña se encogió en su silla. Miraba a la madre fijamente, con un asomo de berrinche en la boca. Tenía sus lápices agarrados fuertemente, como un arma defensiva, su más preciado tesoro, la fuente de sus desahogos, la puerta por la que sacudía los fantasmas que por la noche manchaban de negro sus paisajes de colores infantiles. La observó. Sombras en los ojos recién descubiertas delataban el miedo, lo reconoció, se parecía bastante al suyo propio, cómo no vio antes el dibujo hostil en sus labios, la sonrisa anulada que ella había perdido también.

Los brazos de la madre se extendieron para acunar a su hija. La niña se cubrió con el cuerpo de su madre, y se enredó en su regazo. Acarició su pequeña cara, rozó las lágrimas y entonó las primeras notas de una nana que derramó paz instantánea sobre el abrazo estrechado.

La maestra las despidió en la puerta del colegio. Las vio irse con un inicio de complicidad y lucha entre la bruma opaca del dolor. Tenían varias citas para el día siguiente, y los siguientes y los siguientes. Psicólogos, trabajadores sociales, abogados, policías. Personas que ayudarían, sin duda, pero que no alcanzarían a trepar a lo más alto del cerco de unión y fusión de dos almas frágiles, pero nunca más indefensas. La madre se alejó del colegio con su niña en brazos, retrocedidas las dos a la unión del vientre preñado, refugiadas en su ombligo.
Lo que no pudo ver la maestra es que bajo las gafas oscuras de la madre, había una chispa de determinación y de fuerza, algo que el cuerpo reconocía como perdido hacía mucho, pero que comenzaba anidar con la misma intensidad que el abrazo daba apoyo a su niña y la nana entonada espantaba sus malos sueños. Para siempre.


Los cuadros son de Mark Ryden y Picasso.

19 comentarios:

Unknown dijo...

Por encima de todos los dolores y estragos que la vida pueda realizar.... si amas a tus hijos... si el amor toca tu corazón, sales adelante... con coraje y pasión...no hay duda... entiendo muy bien ese abrazo.... intenso ... eterno... vitalista.

Muy bonito.... Tamara..

Un abrazo muy fuerte

Avellaneda dijo...

El descubrir una aberración como esa dentro de tu propia casa, en tu propio hijo tiene que ser horrible y lo muestras muy bien. No sé, me ha dado por ponerme en los ojos de esa madre que ha estado ciega hasta que un dibujo le ha mostrado lo que, seguro, sospechaba e intentaba ocultar.

Ayss cómo me alegro que hayas actualizado! lo que echaba de menos leerte leñe! :-)


Un besazo guapa

Unknown dijo...

Vaya lacra sister, la violencia machista q atenaza (x desgracia) a demasiadas mujeres/familias, confiemos x lo menos en q esa "chispa d determinación y fuerza" prenda mas y mas en las mujeres q la sufren y q los poderes "competentes" actuen mas y mareen menos. Bsos miles d tu bro...y ninguna agresión sin respuesta.

Anónimo dijo...

¡Maña!, me has encogido el corazón.
Yo creo que el amor de la madre y su determinación, acabarán por borrar esos malos sueños.

Un abrazo

Belén dijo...

es curioso, precisamente hoy me han contado una historia parecida, muy dura, contada por el padre...

besicos

EL INSTIGADOR dijo...

Terrible historia. Lo malo del asunto es que es frecuente. Lo bueno, que tu la cuentas tan bien..

Besos

mera dijo...

Da miedo, el abuso de cualquier débil da miedo de los humanos. Y no creo que exista reparación posible, quiero decir expiación, reparación no se...

raindrop dijo...

Muy bien relatado (y de forma poco convencional) el aire tenebroso y de angustia que rodea estas situaciones.
Y también hay un destello esperanzador que anima a persistir y no tirar la toalla. Aunque sea tan difícil.
Ha sido sobrecogedor.

besos

ybris dijo...

Sobre el fondo terrible de tan bello relato esa nana es un soplo que acaricia.

Besos.

Unknown dijo...

Tamara me dices cosas tan lindas... que bueno... me gusta oirlas... pero escucha.. soy una persona de lo mas normal.. nada de supernova... tengo muchos defectos... lo que si es cierto es que moral y ética los tengos heredados de mis padres y abuelos... y eso creo que con el paso del tiempo sirve para vivir una vida plácida y honesta....

Me siento cerca de ti Tamara... un beso muy fuerte

Anónimo dijo...

Estremecedor...y el cuadro de Mark Ryden inquietante... pero la nana nos devuelve el sosiego.
Tamara como siempre tienes una sensibilidad especial para captar sentimientos y situaciones...
Bss.M.

Tamara dijo...

Mi querida Estrella, lo bueno que tienes es eso, precisamente, que eres una persona normal, sencilla y buena, y eso lo transmites. En estos tiempos de confusiones, exageraciones, frivolidades, extremos y prisas, hay que valorar encontrar gente como tú. Yo también te siento muy cerca, amiga. Besitos.

Avellaneda,gracias guapa por los ánimos y empujoncitos...:-P
Este tipo de aberraciones, como bien las defines, son tan evidentes y, a la vez, tan ocultas. Muchas veces nos cuesta ver lo que sucede ante nuestros propios ojos, porque la ceguera es interior casi siempre. Y voluntaria, además.
Un besazo, guapa.

Bro de mi alma, mucho nos queda por avanzar todavía. Las instituciones tienen que responder, y nosotros también tenemos que responder, con solidaridad, no mirando para otro lado, y, sobre todo, mejorando como personas para que los que vienen detrás mejoren también. Tremenda batalla, ¿verdad?
Muchos besos, rey, gracias por venir.

Julio, yo también me quedo con lo más positivo, porque mi ánimo siempre concluye que hay que aferrarse a lo bueno, luchar por verlo, porque si no...¿que nos queda sino abandonar? Y eso, nunca nunca nunca.
Besitos, Julio.

Belén, lamentablemente se dan más casos de violencia y abusos por parte del hombre, pero la agresión no tiene género y puede proceder de cualquier persona, al margen de sexo, edad, formación, etc. Lo importante es combatirla.
Besos.

Instigador, es terrible, y te puedo asegurar que cuando la estaba escribiendo, me desgarraba también al hacerlo. He visto que has publicado, estoy deseando leerte...;-D
Un besazo, guapo.

Mera, estoy totalmente de acuerdo contigo. La agresión siempre tiene detrás una historia enredada de agresiones previas, frustraciones, abusos también, y enfermedad...buuufff...a poco que te acerques, sientes como te quema la piel.
Besitos, amigo farero.

Raindrop, el final esperanzador era necesario, creo en la puerta entreabierta, en el ascenso desde los infiernos a la luz, en la posibilidad de cambio y mejora, si no...¿qué nos quedaría, verdad?
Un beso grande.

Ybris, pura poesía lo que dices. La nana es la esperanza, y no hay nada que reconforte como la voz de una madre susurrándote canciones.
Besos.

Marcela, querida amiga. Es cierto, los ojos de esa niña me paralizaron y atraparon desde que vi la imagen. ¿Hay algo peor que ver sufrimiento en los ojos de un niño?
Muchos besos.

celebrador dijo...

Cada sonrisa en esas caras podría tener un valor infinito

SOLOYO dijo...

Qué duro! sin palabras... será por mi estado...

Besos

Acuarius dijo...

zzzZzZzzZzz....

Unknown dijo...

Bueno.. espero que no me consideres una pesada.. pero sólo pasé por si habias escrito algo.. no importa.. deseo que te encuentres bien.... un abrazo y buena primavera.

mera dijo...

?????

raindrop dijo...

Hola
Te echo de menos. Un montón.
Imagino que otros asuntos te tienen absorbida. Lo normal.
Espero que todo te vaya muy bien :D

besos

Marta Martita dijo...

Tamara, vuelve a escribir. A pesar de todo, me ha alegrado mucho verte. Un beso preciosa.